La participación de niñas y niños en ladrilleras o campos de cultivo de Oaxaca, así como en el comercio ambulante que se realiza en el centro histórico de la capital del estado, son actividades consideradas como trabajo infantil, las cuales deben ser detectadas y combatidas desde las aulas.

La labor docente es relevante para contribuir en el ejercicio del derecho a la educación, especialmente de aquellas niñas o niños que se encuentran en situación de pobreza, la cual puede orillarlos a trabajar para aportar ingresos a su familia, son algunas de las conclusiones de la conferencia “La Educación como Herramienta contra el Trabajo Infantil” que se presentó en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

La reunión académica contó con la asistencia de docentes que participan en el Diplomado Estrategias para Mejorar el Bienestar de la Niñez en la Educación Básica, desarrollado de manera conjunta por la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, Procuraduría Estatal de Protección de los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Oaxaca y, las organizaciones SiKanda y World Vision México.

Durante su participación, Manuel Olivier Anzuelo, especialista en trabajo infantil dio a conocer que de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, se considera trabajo infantil a las labores remuneradas o no que privan a niñas y niños del disfrute de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.

Señaló la posibilidad de implementar acciones concretas para prevenir y erradicar el trabajo infantil desde las aulas, identificar cuando una niña, niño o adolescente es explotado, lo cual puede ocurrir incluso dentro de su propio hogar.

El encuentro se desarrolló como una propuesta por SiKanda y World Vision México, organizaciones de la sociedad civil que actualmente impulsan en los estados de Oaxaca y Veracruz el programa Campos de Esperanza, iniciativa de cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y México, mediante la cual se busca disminuir el trabajo infantil en comunidades agrícolas migrantes de ambas entidades.

El Proyecto Campos de Esperanza, realizará acciones de sensibilización y prevención del trabajo infantil abordando este tema desde cuatro enfoques: incidencia en los tres niveles de gobierno, trabajo con sector privado, comunicación para el desarrollo y educación.