Por: Miguel Aguirre

 Este fin de semana el fútbol se vio empañado por la violencia y la falta de unión de sus afiliados ante la falta de pagos de altos directivos. Veracruz y San Luis fueron protagonistas y no para ser ejemplo.

Todo comenzaría el pasado viernes cuando se abría la jornada 14 de este Apertura 2019, la cual, los jugadores de Veracruz amagaron con no jugarla tras los adeudos que tiene el dueño Fidel Kuri Grajales, que data desde hace 6 meses.

Era clara la postura del cuadro escualo, hacer un llamado a su directiva para que hubiese una solución inmediata. Los futbolistas se presentaron al partido; acordaron parar el juego durante 3 minutos, el rival Tigres, estaba informado que el juego se detendría esa cantidad de tiempo donde hicieron caso omiso.

 Anotaron dos goles sin que el equipo de Veracruz se moviera, algo sin duda reprochable para el cuadro felino, quienes no tuvieron el sentido común y la bondad de ser solidarios ante la protesta de sus colegas de profesión.

¡Ojo! No hay que satanizar y culpar al equipo de Tigres por la situación de Veracruz, el verdadero culpable de esa situación es el dueño del club, que nadie sabe cómo es que pago 120 MDD para mantenerse en primera división y no tiene para pagar los sueldos de sus empleados, justificándose con un discurso muy de nuestros gobernantes.

Lo único que es recriminable a la UANL es no respetar acuerdos, no ser solidarios y ayudar con apoyo moral a sus compañeros. Gignac y Ferretti salieron a declarar que no era su intención y que no habían hecho nada mal, algo que realmente ya no va porque parecen patadas de ahogado.

Y cuando todo parece que nada puede salir peor… llega San Luis y Querétaro.

Se daban cita en el estadio Alfonso Lastras, el equipo de Atlético San Luis y Querétaro, dos equipos regionales del centro de nuestro país, cuya rivalidad nació desde que ambos clubes militaban en la antigua Primera A. Este partido también conocido por ambos equipos como el “Clásico de la 57”, carretera que conecta a los dos estados.

Durante la semana se había dado el anuncio que el juego era de alto riesgo, por antecedentes en el pasado, que han sido muy violentos, el mensaje era claro un Clásico sin violencia; el tema cancha, fue lo que pasó a segundo término.

Gallos ganó 2-0 pero los reflectores se los llevó nuevamente la violencia, los radicales del equipo de Querétaro comenzaron a provocar a los potosinos, luego que los locales aventaron vasos, liquido y monedas a los jugadores rivales, un juego caliente y hostil donde se elevo la intensidad y la tensión.

En el inicio del segundo tiempo fue el detonante de que la violencia reinara en este juego, gente que era ubicada en otros lugares tras los actos violentos, hasta llegar en una trifulca monumental entre “radicales” de los Gallos y Potosinos, mareas de gente,  personas que tuvieron que invadir la cancha simplemente para salvar su vida, pero entre todo esto lo mas triste y detestable fue ver a niños llorando, aficionados siendo sacados en camilla, imágenes tristes de gente que no se comporta en un recinto futbolístico.

El partido terminó suspendido a cinco minutos de terminar, pero no es la primera vez que ha pasado este tipo de cosas, tanto a en La Corregidora como en el Alfonso Lastras, los culpables aquí son tanto las directivas por proporcionar boletos, ser tibios en tener elementos de seguridad cuando es un juego de alto riesgo.

La solución debería ser una multa fuerte para ambos clubes y veto al estado de San Luis mínimo de 4 juegos.

La Liga MX debe de poner un golpe de autoridad, debe de hacer valer su ley, para casos que se suscitaron este fin de semana, sin duda Enrique Bonilla debería poner su renuncia en la mesa, ya que ha dejado muy claro que el puesto le queda grande, que él no tiene autoridad y que simplemente sigue órdenes.

Esto no es futbol, esto no es el producto que nos quieren vender y que desgraciadamente compramos cada semana, esta liga no esta ni cerca de ser una de las 10 mejores del mundo.