Han pasado varias horas desde la llegada de decenas de turistas a los bosques de Nanacamilpa, Tlaxcala. El día fue lluvioso, frío, y la oscuridad de la noche por fin se hace presente para dar paso a un momento mágico que solo la naturaleza es capaz de ofrecer.
Niños y adultos han llegado de diversos puntos del país y del mundo para ser testigos del avistamiento de las luciérnagas que durante los meses de julio y agosto entregan un espectáculo de luces inigualable, y que forma parte del cortejo que realizan para encontrar pareja y cumplir con su proceso de reproducción.

Cada grupo, con su respectivo guía, está listo para emprender una maravillosa experiencia de contacto con la naturaleza. Al avanzar, poco a poco, pequeñas luces intermitentes se hacen presentes, una tras otra y cada vez más, pero solo es el comienzo de lo que realmente verán.
Detrás de este espectáculo hay un proceso biológico que explicó el biólogo Miguel Iglesias Gutiérrez, responsable técnico en vida silvestre, del Centro Ecoturístico Piedra Canteada.
“El ciclo de vida de las luciérnagas es de dos años y se compone por tres etapas: la primera dura tan solo 40 días, como huevecillos; el periodo más largo de su vida es el de larvas, este es de aproximadamente de un año nueve meses en el que se alimentan de gusanos y caracoles; la tercera y última etapa se lleva a cabo en tan solo 15 días, cuando pasan de pupa a la fase adulta, ahora están listos para iniciar nuevamente este ciclo”, explicó el especialista.
Información/Foto: El Sol de México