La Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) es parte del reto nacional de la 4T, ante el combate a la corrupción y acciones ilícitas que vulneren a nuestro país.

La llegada de Rafael Marín Mollinedo a la Dirección de Aduanas resonó a principios de diciembre del 2022, y se formalizó cuando el presidente, Andrés Manuel López Obrador, enfatizó que es un hombre de toda su confianza, por lo que su reto, y responsabilidad, es consolidar una agencia transparente en su actuar, y con una estructura de mando fortalecida.

Tonatiuh Márquez Hernández fue designado como nuevo Director General de Recaudación, y es la primera equivocación del titular, colocar a una figura que lejos de tener autoridad, empatía y respeto por el cargo, lo ha utilizado como barrera de sus negocios ilícitos y arreglo con recurso de la institución.

En la lectura que antecede su servicio público, Tonatiuh es señalado en diferentes medios por complicidad en el tráfico de diésel, biodiésel y gasolina, provenientes de Estados Unidos y otros países. Además de videos que circulan en las redes sociales en fiestas en plena pandemia por Covid-19, alterando el orden público.

Como subalterno de Márquez, llegó a las filas de la ANAM, Héctor Ruiz Ángel, un personaje inexperto en temas fronterizos, pero que por la sociedad que tiene con el actual Director de Recaudación, un despacho ubicado en la colonia la Roma, ostenta ganar un aproximado de más de 100 mil pesos mensuales.

En la Agencia Nacional de Aduanas de México, falta mucho trabajo por hacer, pero es un esfuerzo conjunto que requiere total atención del mandatario del ejecutivo nacional, como del actual director, pues una estructura que se forma por lo ya mencionados y por Alejandro Enrique Arcos Romero, conocido como “mafia tudor”, particular de Mollinedo, marca una estrategia negativa ante la Cero Tolerancia de la administración guinda ante la corrupción e ilegalidad.