Por: Erick Aguirre
Una temporada más de la liga mexicana de béisbol terminó, entre tantas anécdotas y recuerdos que nos dejará esta edición del circuito veraniego es sin duda la inauguración del estadio Alfredo Harp Helú donde juegan los Diablos Rojos del México. “El diamante de fuego” como también es conocido, es un moderno inmueble que cuenta con todas las comodidades y además de diferentes ofertas gastronómicas para disfrutar un partido de béisbol.
Este nuevo parque de pelota llamó la atención de propios y extraños, por su extraordinario diseño, además de los adelantos tecnológicos con los que cuenta, los espacios culturales que están alrededor, como los murales y esculturas son atractivos para todo el público, pues en la capital del país no existía un espacio deportivo con estas características.
Con todo lo que ofrecía el estadio, la gente que siempre había estado apoyando a los Diablos en los diferentes recintos que había jugado, así como las personas que tenían su primer contacto con el “Rey de los Deportes” se volcaron a la nueva casa escarlata, que tiene capacidad para 20 mil 813 aficionados.
La construcción de este inmueble, no solo sirvió para albergar a los “Pingos” que durante este siglo habían fungido como local en el Foro Sol, Fray Nano y anteriormente en el Parque deportivo del Seguro Social. También sirvió para regresarle cierta popularidad que a través de los años había perdido este deporte y reencontrarse con la gente.
Miles de persona se dieron cita para conocer el parque más nuevo del circuito veraniego, los atractivos que ofrece y además del gran ambiente familiar que se vive en un partido hicieron que gente que no conocía o no está familiarizada con el beis, se metiera más a fondo, provocando más afluencia en las entradas. Mucho de esto también es gracias a las promociones que existieron durante toda la temporada. A pesar de que el estadio estaba viviendo su primer año, existieron promociones bastante generosas a lo largo de la liga, lo que permitía que la gente se animara a ir y enamorarse del “Rey de los Deportes”.
Todos estos factores sirvieron para que el AHH al final de la temporada haya recibido 487,118 aficionados durante la temporada y los playoffs. A pesar de que no se hayan coronado campeones, el próximo año parece que vendrán mejores cosas, tanto para los aficionados que cada juego van al parque, así como para el equipo que gracias al nuevo estadio provocaron que el béisbol en la Ciudad de México se vuelva a vivir con mucha pasión.
